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(De www.aedweb.org)

Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) se pueden reconocer por un patrón persistente de comer no saludablemente o de hacer dietas no saludables. Estos patrones de conducta alimentaria están asociados con angustia emocional, física y social. Los TCA no discriminan a base del género, edad, o raza. Se pueden encontrar en ambos géneros, en cualquier edad, y pueden ocurrir en cualquier raza o grupo étnico.

Aunque sí hay guías formales que los profesionales de la salud utilizan para diagnosticar los TCA [Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Texto Revisado (DSM-IV-TR) (Asociación Americana de Psiquiatría, 2000)], las conductas alimentarias no saludables existen en un continuo. Incluso, si una persona no cumple con los criterios diagnósticos de un TCA, él o ella puede presentar conductas no saludables que pueden causar un sufrimiento sustancial lo cual pudiera ser en detrimento para su salud física y psicológica.

Para accesar otras informaciones sobre los TCA, favor de dirigirse a la sección de recursos adicionales.

¿Qué es la anorexia nerviosa?
Las personas con anorexia nerviosa están incapacitadas o no están dispuestas a mantener un peso corporal normal o esperado para una persona de su edad y estatura. Típicamente, esto significa que la persona pesa menos del 85% del peso corporal esperado. Incluso, aún estando bajo peso, la persona con anorexia nerviosa continúa teniendo miedo a aumentar peso. Sus pensamientos y sentimientos sobre su talla y su figura tienen un impacto profundo en su autoestima y su auto-evaluación. Usualmente no reconocen o no quieren admitir la gravedad de su pérdida de peso y niegan que su pérdida de peso pueda tener consecuencias adversas permanentes para su salud. Frecuentemente, las mujeres con anorexia nerviosa dejan de tener su periodo menstrual.

Hay dos subtipos de la anorexia nerviosa. En el tipo restrictivo, las personas mantienen un peso corporal bajo, mayormente restringiendo el consumo de alimentos y posiblemente también por medio del ejercicio. Las personas con el tipo atracón/purgativo igualmente restringen el consumo de alimentos pero también tienen regularmente atracones y/o conductas de eliminación como la inducción del vómito o el uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas. Muchas personas durante el curso de su condición pueden fluctuar entre los subtipos.
¿Qué es la bulimia nerviosa?
Las personas con bulimia nerviosa experimentan episodios de atracones, el cual se caracteriza por el consumo de una gran cantidad de comida, usualmente en un período corto de tiempo y con el sentido de pérdida de control durante el episodio. El sentido de pérdida de control es lo que distingue un atracón de comer en exceso. Los atracones son seguidos por intentos de “deshacer” las consecuencias del atracón usando prácticas compensatorias no saludables como inducción del vómito, el uso excesivo de laxantes, enemas, y diuréticos, ayunos y ejercicios excesivos.

Personas con bulimia nerviosa también están excesivamente preocupadas con su figura y peso. Muchas veces sienten que su autoestima depende de su peso o figura.

Los criterios diagnósticos para la bulimia nerviosa requieren que los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas ocurran por lo menos dos veces a la semana durante un período de tres meses. Sin embargo, independientemente de la frecuencia, estas conductas son preocupantes y pueden tener consecuencias físicas y psicológicas adversas.

Hay dos subtipos de bulimia nerviosa. El subtipo purgativo incluye a aquellas personas que se inducen el vómito o usan laxantes, diuréticos o enemas. El subtipo no purgativo se refiere a aquellas personas que utilizan conductas compensatorias como el ejercicio excesivo, dietas o ayunos.
¿Qué es el Trastorno por Atracón?
Las personas con un trastorno por atracón presentan episodios de atracones, pero no usan regularmente conductas compensatorias para perder peso. El atracón puede incluir el consumo rápido de alimentos, un sentido incómodo de llenura y el consumo de grandes cantidades de comida cuando no tienen hambre. También se destacan sentimientos de vergüenza. El trastorno por atracón regularmente, pero no siempre, esta asociado con la obesidad y el sobrepeso. El trastorno por atracón no es oficialmente reconocido como un TCA, pero esta incluido como un Trastorno Alimentario No Especificado (TANE).
¿Qué es un Trastorno Alimentario No Especificado (TANE)?
Hay muchas variantes de los TCA que no se incluyen en las categorías específicas de la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa. De hecho, hay más personas con trastornos de la conducta alimentaria que tienen una variante de la anorexia o bulimia nerviosa. Solamente porque una persona no tiene un trastorno clásico de anorexia nerviosa o bulimia nerviosa no significa que no necesitan tratamiento. Las personas con conductas distorsionadas de la alimentación, con síntomas similares a los de anorexia o bulimia pero que no cumplen unos de los criterios esenciales para la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa, pueden ser diagnosticadas con un TANE.

Ejemplos de TANE incluyen, pero no están limitados a:

  • Personas que regularmente tienen conductas de eliminación pero no tienen episodios de atracón
  • Mujeres que cumplen el criterio para la anorexia nerviosa pero continúan teniendo su menstruación
  • Personas que cumplen el criterio para la bulimia nerviosa pero que los atracones ocurren menos de dos veces a la semana

¿Cuán comunes son los TCA?
No sabemos exactamente cuántas mujeres u hombres sufren de los TCA. Se estima que entre 0.3-1% de mujeres sufren de anorexia nerviosa y cerca de 3% sufren de bulimia nerviosa. Muchos más sufren de condiciones sub-clínicas (es decir, que no tienen un diagnóstico oficial de un TCA, pero experimentan varios síntomas). Además, muchas personas batallan con insatisfacción corporal, actitudes y conductas distorsionadas de la alimentación. Por ejemplo, hay evidencia de que el 80% de las mujeres americanas están insatisfechas con su apariencia. (Smolak, 1996).

Referencias:

  1. Collins, M.E. (1991). Body figure perceptions and preferences among pre-adolescent children. International Journal of Eating Disorders, 199-208.
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  3. Fairburn, C.G., Hay, P.J., & Welch, S.L. (1993). Binge eating and bulimia nervosa: Distribution and determinants. In C.G. Fairburn & G.T. Wilson, (Eds.), Binge eating: Nature, assessment, and treatment (pp. 123-143). New York: Guilford.
  4. Gordon, R.A. (1990). Anorexia and bulimia: Anatomy of a social epidemic. New York: Blackwell.
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  8. Shisslak, C.M., Crago, M., & Estes, L.S. (1995). The spectrum of eating disturbances. International Journal of Eating Disorders, 18 (3), 209-219.
  9. Smolak, L. (1996). National Eating Disorders Association/Next Door Neighbors puppet guide book.